Hay una playa, al norte, donde las mujeres son de hielo y los hombres buscan esposa. Hay una playa donde todos los veranos desde hace cinco me encuentro con él. Hay una playa que es nuestra. Mía y de él. Lo llamo él porque no se su nombre. Él, me llamara ella, porque no sabe el mío. Podría ser cualquier cosa, un jeque árabe, un rey filipino, un maleante irlandés o un tunero catalán. Yo juego a ser princesa, mariachi, sin patria, jefa de estado. No quiero nada de él que se salga de celebrar una y otra vez nuestro aniversario. De amarnos, y si, digo amarnos, observados por los luceros. Mentirnos, contarnos vidas inventadas, dejar volar la imaginación, como vuelan mis dedos jugando con su pelo negro. Es mi particular parque de atracciones, otros van a Salou, yo visito mi parque, en el que puedo ser lo que quiera, en el que puedo usar todas las atracciones sin colas, en el que siempre hay sorpresas, con montañas rusas, con la montaña donde perdernos desnudos al lado de las olas. No es mi amante, es mi amor, mi sueño y también mi pesadilla. Mi pesadilla cuando sueño que un día faltará a la cita, que un día cerraran el parque y no sabré porque. Me quedare ahí, con los globos en la mano y mi vestido recién planchado, mirando la playa a través de la verja. Mi playa sin atracciones, mi playa sin él.
viernes, 11 de junio de 2010
miércoles, 2 de junio de 2010
Uno = uno + uno
Pareja omnipresente. Siempre está. Compartís todo, aficiones, gustos, viajes, deporte, amigos, hijos, hipoteca, coche, navidades, fiestas de guardar. ¿Amor? ¿Amor es esto? Comodidad, diría yo. A la mierda la individualidad, ahora somos dos, un cerebro, un cuerpo, pegados. Sin dudas, sin preguntas, y cuando las hay, lo mandamos todo a la mierda. Tu el piso, yo los amigos, tu los discos, yo el radiocasete. Al perro lo sacrificamos, el canario con mi madre y el niño, pues el niño que se joda. Yo soy la madre, lo tendré limpio, le daré amor y le organizare la vida. No le dejare pensar, porque yo soy la madre. Tu eres el padre, reharás tu vida, veras a tu hijo y te compraras un radiocasete. Te follaras a una mujer –a poder ser más joven- que se llevará a las mil maravillas con nuestro hijo. Pero yo soy la madre, me sacrificare hasta que me salgan telarañas en el coño y lo haré por él. Y el lo sabrá porque yo se lo hare saber. Pero un día explotaré, lesbiana me haré, perilla me pintaré y a la mierda os mandaré.