Me quede de pie, con las piernas abiertas y mirándole, primero a los ojos y luego al bulto de sus pantalón. Le quite la camiseta y le desabroche los pantalones. Quedó ante mi solo con el bóxer que apretaba su paquete. Me agarro de la cintura y me beso. Me zafe y me fui agachando lentamente, sin dejar de mirarle a los ojos, hasta quedarme de cuclillas con las piernas abiertas. Agarre de los lados y baje los calzoncillos hasta los tobillos, quedando su polla apuntándome, lista para mí.
- Cómetela toda, Lola -
Primero la agarre fuerte con una mano y comencé a masajearla suave, de arriba abajo. Me agarró del pelo llevando mi cabeza hacia ella. No lo logró, era demasiado pronto.
-Enséñame lo que sabes hacer-
Le empuje para que se sentara en la silla y me coloque entre sus piernas. Ahora si, acaricie su glande con los labios y palpe con mi lengua tu agujerito. Recorría toda su extensión con la lengua, hasta detenerme en tus huevos, que primero chupé y luego me los metí en la boca.
- Dios, puta, trágatela entera, por Dios-
Me pedía a gritos que me la tragara entera, pero todavía no era el momento. Jugué un poco más. Me gritaba que la metiera. Le mire y él apenas podía mantener los ojos abiertos. Mi lengua hacia círculos en su glande y jugaba con el agujerito mientras mis manos apretujaban sus huevos.
- Venga, hazlo, quiero ver tu boquita llena de mi, hazlo, hazlo ya-
Me pareció el momento y me la trague de una sola vez, hasta el fondo, hasta que tus huevos casi chocaban con mi barbilla, subiendo lentamente apretando alrededor suya con los labios, hasta llegar al comienzo del glande, donde me pare para, aun apretando con los labios, jugar con la lengua. Tu respiración era entrecortada, suspirabas y gemías y a mi eso me ponía tan cachonda que cada vez te lo hacia con mas intensidad. Estabas a mi merced.
-Dios nena, que bien… que bien lo haces… eres una diosa, sigue…-
Sus palabras provocaban en mí un aumento de la intensidad. Cada vez lo hacia mas rápido, pero sin perder el carácter minimalista de la mamada que le estaba haciendo. Cada vez más rápido. Le miré, tenia la cabeza echada hacia atrás y no hacia mas k decirme lo puta k era y lo que le encantaba lo que estaba haciendo.
Me levante y me miro de arriba abajo, con esos ojos de vicio que estaban moviéndome loca. Yo no aguantaba mas, me coloqué a su lado pasando una pierna por encima de ti y dejando mi ombligo a la altura de tu boca. Comencé a bajar lentamente, hasta que su polla me rozo la vulva. En ese momento comencé a mover las caderas en círculos, haciendo pasar la puntita por mi raja.
- Me estas volviendo loco, zorrita, k guarra, como sabes lo que haces-
Esas palabras, a las que no estaba acostumbrada, me estaban poniendo a mil, así que no pude hacer otra que dejarme caer sobre su miembro y comencé a moverme. A veces despacio, a veces deprisa. De arriba abajo o de delante hacia atrás. Los dos mirábamos lo que estaba pasando ahí abajo, como su polla desaparecía entre mis piernas, para luego salir y volver a entrar. Otras veces nos mirábamos y nos chupábamos la cara o cruzábamos las lenguas. Cada vez estabamos mas idos. Cade vez nos deciamos burradas mas gordas. Cada vez me tirabas más del pelo.
En un momento te pusiste de pie, aun dentro de mí. Apartaste de un manotazo las cosas de la mesa y me tumbaste sobre ella. Llevando tú el ritmo. Un ritmo que me volvió loca.
- Carbón, que me muero, Dios k gusto -
Entraba y salía, entraba y salía. Me agarraba las tetas. No puede más.
- Me corrooo, maldito cerdo-
-Dímelo zorra, dímelo-
-Me corro Raúl, me corro del gusto que me das-
-Yo también princesa-
Unas cuantas embestidas más y un grito en estero mezclo nuestros jugos dentro de mí. Cayó y nuestros cuerpos sudorosos se pegaron. Levanto la cabeza y me beso con pasión, pero también con cariño.
- Que bien que hayas venido, me encantas-
-Me alegro-
- Cómetela toda, Lola -
Primero la agarre fuerte con una mano y comencé a masajearla suave, de arriba abajo. Me agarró del pelo llevando mi cabeza hacia ella. No lo logró, era demasiado pronto.
-Enséñame lo que sabes hacer-
Le empuje para que se sentara en la silla y me coloque entre sus piernas. Ahora si, acaricie su glande con los labios y palpe con mi lengua tu agujerito. Recorría toda su extensión con la lengua, hasta detenerme en tus huevos, que primero chupé y luego me los metí en la boca.
- Dios, puta, trágatela entera, por Dios-
Me pedía a gritos que me la tragara entera, pero todavía no era el momento. Jugué un poco más. Me gritaba que la metiera. Le mire y él apenas podía mantener los ojos abiertos. Mi lengua hacia círculos en su glande y jugaba con el agujerito mientras mis manos apretujaban sus huevos.
- Venga, hazlo, quiero ver tu boquita llena de mi, hazlo, hazlo ya-
Me pareció el momento y me la trague de una sola vez, hasta el fondo, hasta que tus huevos casi chocaban con mi barbilla, subiendo lentamente apretando alrededor suya con los labios, hasta llegar al comienzo del glande, donde me pare para, aun apretando con los labios, jugar con la lengua. Tu respiración era entrecortada, suspirabas y gemías y a mi eso me ponía tan cachonda que cada vez te lo hacia con mas intensidad. Estabas a mi merced.
-Dios nena, que bien… que bien lo haces… eres una diosa, sigue…-
Sus palabras provocaban en mí un aumento de la intensidad. Cada vez lo hacia mas rápido, pero sin perder el carácter minimalista de la mamada que le estaba haciendo. Cada vez más rápido. Le miré, tenia la cabeza echada hacia atrás y no hacia mas k decirme lo puta k era y lo que le encantaba lo que estaba haciendo.
Me levante y me miro de arriba abajo, con esos ojos de vicio que estaban moviéndome loca. Yo no aguantaba mas, me coloqué a su lado pasando una pierna por encima de ti y dejando mi ombligo a la altura de tu boca. Comencé a bajar lentamente, hasta que su polla me rozo la vulva. En ese momento comencé a mover las caderas en círculos, haciendo pasar la puntita por mi raja.
- Me estas volviendo loco, zorrita, k guarra, como sabes lo que haces-
Esas palabras, a las que no estaba acostumbrada, me estaban poniendo a mil, así que no pude hacer otra que dejarme caer sobre su miembro y comencé a moverme. A veces despacio, a veces deprisa. De arriba abajo o de delante hacia atrás. Los dos mirábamos lo que estaba pasando ahí abajo, como su polla desaparecía entre mis piernas, para luego salir y volver a entrar. Otras veces nos mirábamos y nos chupábamos la cara o cruzábamos las lenguas. Cada vez estabamos mas idos. Cade vez nos deciamos burradas mas gordas. Cada vez me tirabas más del pelo.
En un momento te pusiste de pie, aun dentro de mí. Apartaste de un manotazo las cosas de la mesa y me tumbaste sobre ella. Llevando tú el ritmo. Un ritmo que me volvió loca.
- Carbón, que me muero, Dios k gusto -
Entraba y salía, entraba y salía. Me agarraba las tetas. No puede más.
- Me corrooo, maldito cerdo-
-Dímelo zorra, dímelo-
-Me corro Raúl, me corro del gusto que me das-
-Yo también princesa-
Unas cuantas embestidas más y un grito en estero mezclo nuestros jugos dentro de mí. Cayó y nuestros cuerpos sudorosos se pegaron. Levanto la cabeza y me beso con pasión, pero también con cariño.
- Que bien que hayas venido, me encantas-
-Me alegro-
2 comentarios:
Es un placer leerte y dejar volar la imaginación hasta ese encuentro en Mallorca..
Besitos dulces..
te lo voy a chupar hasta desgastarte todo el tatuaje...
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