domingo, 29 de junio de 2008

Y años despues...

Había ido a ver a una amiga a su casa. Después de muchos años sin vernos teníamos que ponernos al día. Nos fuimos a cenar y parecía que no había pasado el tiempo, teníamos la misma confianza y la misma complicidad que durante aquellos años en Madrid.
Hablamos del mundo, de la vida y de ellos. En lo de ellos nos detuvimos, y nos contamos los detalles de nuestras últimas relaciones. Ella estaba inmersa en una tórrida relación con un compañero de trabajo. Mientras que yo tenia a un guaperas que de vez en cuando aparecía por mi cama. Entre copas y risas se nos paso la hora de cierre de los bares con ganas de seguir hablando, así que nos fuimos a su casa. Un apartamento de una sola habitación en el centro de Oviedo. Nos servimos unas copas y seguimos con las anécdotas. Reconozco que me estaba poniendo cachonda, como describía los detalles de sus actos sexuales con su amante, como hablaba de su cuerpo y lo describía al detalle, como contaba sus movimientos y como los imitaba. Eso me estaba calentando, al principio pensé que era el imaginarme a ese hombre en mi cama, pero en me di cuenta que era ella, que ella me estaba seduciendo. Me rozaba, me arreglaba el pelo, jugaba con el tirante…y eso me gusto. Le seguí el juego, jugaba con ella, nos rozábamos, bailábamos, bebíamos…nos besamos. El beso fue lento, tímido, como con miedo de no acertar. Nos miramos y supimos que acaba de empezar.
El siguiente beso ya implico a nuestras lenguas. Le baje el tirante de vestido para besar su cuello mientras ella metía sus manos por debajo de mi falda y acariciaba mi cadera. Así estuvimos un buen rato hasta que nos atrevimos a desnudarnos. Y con la ropa se fue también toda la delicadeza que había habido hasta ahora. Me empujo contra el sofá y se alojo en mi entrepierna, jugó con el tanga hasta volverme loca y cuando por fin se decidió a lamerme yo ya estaba completamente ida. No tarde en demostrarle lo mucho que me había gustado mediante una serie de espasmos descontrolados y gritos.
Ahora le tocaba a ella, yo estaba dispuesta hacérselo como me gustaría que me lo hicieran a mi, hacerlo perfecto. Para eso empecé besando la cara interna de sus muslos mientras con una mano pellizcaba sus labios empapados. Pase la lengua suavemente por su raja y paré al llegar al clítoris. Su respiración era cada vez mas agitada. Le estaba gustando. Introduje un dedo en su coño y rápidamente lo saqué, ella protesto pero yo comencé a masajear su agujerito para que se relajara ante mí. Poco a poco iba metiendo mi dedo mientras la boca ya estaba totalmente centrada en su botón y el pulgar de mi otra mano moviéndose en círculos en su vagina. Gritaba, me pedía que no paraba y yo cada vez lo hacía más fuerte, hasta que una contracción atrapó mis dedos y ella se deshizo entre gritos.
Hubo un silencio. Nos miramos y nos echamos a reír.
- Ponme un gin-
- Ok, ¿se lo vas a contar a él?-
- Uy claro, ¿y tu?-

Mas risas…

miércoles, 18 de junio de 2008

Y de repente...Adios

Para desnudarme solo tienes que deshacer el nudo del vestido y este cara por su propio peso, dejandome ante ti solo con una botas de caña alta.
Mirame y desnudate anda, y eso haces, te quitas las zapatillas y los calcetines, dejas al descubierto ese torso que me vuelve loca, de rodillas te ayudo con los pantalones y por fin veo el objeto de mi deseo por esta noche.
Tu polla, dura y enrojecida, va a ser para mi. Te toco las piernas, empiezo besandote los tobillos, subiendo hasta recrearme en la parte de atrás de tus rodillas, mordiendote el culo manteniendo el equilibrio colocando las manos en tus ingles, moviendolas por tu monte de venus. Cuando parece que voy a ir al grano, me pongo de pie y te tapo los ojos con un pañuelo y te ayudo a sentarte en el suelo, detrás de ti te beso la espalda, clavo mis uñas, te lamo el cuello, mantienes la compostura. Pues bien, me siento a horcajadas sobre ti te beso pero cuando reaccionas te muerdo el labio, haces una mueca entre dolor y placer, que se convierte en placer cuando te recompenso metiendote la lengua dura y caliente en tu boca, quieres mas, pero vas a tener que esperar. Te pongo un dedo en la boca, lo lames. Una cereza, la muerdes y escurre el zumo por tu torso. Te limpio con la lengua. Tus manos me insisten en que me quede ahí abajo, y visto que no cedes me recreo en tu entrepierna, al principio, suave con la lengua, rozando tu glande, con las manos sujetandote los huevos, que enseguida se encuentran en mi boca, mientrs mis manos masajean tu polla. Cambio de orden y mi boca se come tu pene, me lo meto hasta donde me permiten las arcadas, casi rozando mi barbilla con tus huevos, subo y bajo al ritmo k me marcan tus manos, retirandom el pelo de la cara. Te miro y veo tu cara de placer. Es el momento. Me siento sobre ti, notando como entras poco a poco. Tus manos en mis caderas me pretan hacia abajo y me dicen que me este quieta un momento. Eso hago, me kedo quieta, tu empiezas a moverme de atrás a delante, haciendo rozar nuestro pubis. No puedo mas. Me corro. En seguida empezamos con el ritmo acelerado, de arriba abajo, cada embestida me da mas placer. Me vuelvo a correr. Te levantas, y yo te abrazo con la piernas. Me sientas encima de la mesa, me tumbo y sigues follandome, como si fuera la ultima vez. Toco mis tetas, te intento agarrar del culo. Tus manos me abren las piernas cogiendome del interior del muslo, para ver mejor lo que pasa ahí. La vision te excita, me lo dices, me lo dices mas veces y un espasmo me inunda de ti.
Calma, te echas en el suelo y me apoyo en tu pecho. Me abrazas.
–Demain je rentre chez moi, ca a ete un vrai plaisir-.

domingo, 15 de junio de 2008

Noche de Verano

Te esperaba sentada en el capo de coche, con las piernas abiertas y descalza, en una actitud deliberadamente descarada.
Justo cuando tiraba el cigarro, y con él, la esperanza de mi noche torrida, llegaste tu, llevabas unos pantalones de deporte y una camiseta sin mangas, te quedaste parado mirandome, no baje la mirada, te acercaste a mi, pero mi pie se interpuso entre nosotros, rozando sin querer tu muslo.
Eso, te debió gustar, porque me cogiste el tobillo con tu mano y repetiste el movimiento. En un momento dado te colocaste hábilmente entre mis piernas. Tus manos, pasaron de los tobillos a los muslos, y subiendo lentamente, por debajo de mi falda, hasta la altura de las nalgas, que iban descubiertas como te habia dicho. Una vez ahí, con un agil movimiento las apretaste moviendome hasta hacerme quedar en el borde del capó en contacto con tu pene, que ya habia reaccionado y estaba preparado para que le dieramos marcha.
Mis manos, que hasta ahora habian permanecido inmóviles, acarician las tuyas por encima de mi falda, y suben, arañandote a veces y apretandote otras. Hasta llegar a tu cabeza, que está alojada en mi cuello, haciendo un trabajo fino. Te la cojo y te meto dos dedos en la boca, juegas con ellos hasta que considero que ya basta, los bajo hasta mis piernas y me los meto en el sexo, rozando con la palma tu polla, que según me dices está a punto de explotar.
Ya no hay marcha atrás, por lo menos por mi parte, nos besamos y con un rapido movimiento me bajas del coche y me das la vuelta, me coges de las caderas y comienzas a rozarte contra mi culo, los gemidos ya son evidentes, pasa un coche, que aminora la velocidad para ver que esta pasando, asi que es mejor que nos vayamos para casa…pero ese ya es otro cuento.

lunes, 9 de junio de 2008

Cuentame un secreto

No me hace falta saber tu nombre. No quiero conocer tus problemas, ni eso que te atormenta. Solo quiero que me cuentes que es eso que te pone a cien. Que es eso que no te atreves a hacer. Que eso que no te atreves casi ni a pensar. Ahí, en los comentarios tienes todo el espacio para contarme al oido que es eso que tanto te gusta. ¿Qué quieres hacer? ¿Qué quieres que te hagan? Cuentamelo