miércoles, 18 de junio de 2008

Y de repente...Adios

Para desnudarme solo tienes que deshacer el nudo del vestido y este cara por su propio peso, dejandome ante ti solo con una botas de caña alta.
Mirame y desnudate anda, y eso haces, te quitas las zapatillas y los calcetines, dejas al descubierto ese torso que me vuelve loca, de rodillas te ayudo con los pantalones y por fin veo el objeto de mi deseo por esta noche.
Tu polla, dura y enrojecida, va a ser para mi. Te toco las piernas, empiezo besandote los tobillos, subiendo hasta recrearme en la parte de atrás de tus rodillas, mordiendote el culo manteniendo el equilibrio colocando las manos en tus ingles, moviendolas por tu monte de venus. Cuando parece que voy a ir al grano, me pongo de pie y te tapo los ojos con un pañuelo y te ayudo a sentarte en el suelo, detrás de ti te beso la espalda, clavo mis uñas, te lamo el cuello, mantienes la compostura. Pues bien, me siento a horcajadas sobre ti te beso pero cuando reaccionas te muerdo el labio, haces una mueca entre dolor y placer, que se convierte en placer cuando te recompenso metiendote la lengua dura y caliente en tu boca, quieres mas, pero vas a tener que esperar. Te pongo un dedo en la boca, lo lames. Una cereza, la muerdes y escurre el zumo por tu torso. Te limpio con la lengua. Tus manos me insisten en que me quede ahí abajo, y visto que no cedes me recreo en tu entrepierna, al principio, suave con la lengua, rozando tu glande, con las manos sujetandote los huevos, que enseguida se encuentran en mi boca, mientrs mis manos masajean tu polla. Cambio de orden y mi boca se come tu pene, me lo meto hasta donde me permiten las arcadas, casi rozando mi barbilla con tus huevos, subo y bajo al ritmo k me marcan tus manos, retirandom el pelo de la cara. Te miro y veo tu cara de placer. Es el momento. Me siento sobre ti, notando como entras poco a poco. Tus manos en mis caderas me pretan hacia abajo y me dicen que me este quieta un momento. Eso hago, me kedo quieta, tu empiezas a moverme de atrás a delante, haciendo rozar nuestro pubis. No puedo mas. Me corro. En seguida empezamos con el ritmo acelerado, de arriba abajo, cada embestida me da mas placer. Me vuelvo a correr. Te levantas, y yo te abrazo con la piernas. Me sientas encima de la mesa, me tumbo y sigues follandome, como si fuera la ultima vez. Toco mis tetas, te intento agarrar del culo. Tus manos me abren las piernas cogiendome del interior del muslo, para ver mejor lo que pasa ahí. La vision te excita, me lo dices, me lo dices mas veces y un espasmo me inunda de ti.
Calma, te echas en el suelo y me apoyo en tu pecho. Me abrazas.
–Demain je rentre chez moi, ca a ete un vrai plaisir-.

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